La asociación civil Mercado Pichincha acercó al municipio sus inquietudes sobre el accionar de los trabajadores informales y el delito en la zona. La polémica por los cuidacoches y la inseguridad detonó ayer una reunión entre comerciantes de Barrio Pichincha y autoridades municipales. En ese marco, se consensuó profundizar los controles a los también llamados trapitos, que de hecho arrancaron el fin de semana pasado en esa zona de la ciudad, e intensificar la presencia de agentes de la Guardia Urbana (GUM) en labor preventiva de delitos.
Los referentes de la asociación civil Mercado Pichincha se entrevistaron cerca del mediodía con el secretario de Control y Convivencia Ciudadana municipal, Pablo Seghezzo, en la sede de la GUM. «Planteamos dos temas clave: inseguridad y cuidacoches. Ya veníamos de meses de trabajo con la policía, autoridades del Ministerio de Seguridad provincial y concejales como Roberto Sukerman (FpV)», explicó a La Capital Alejandro Bacigalupo, ligado a la actividad gastronómica e integrante de la entidad creada hace un año.
Respecto de los cuidacoches, enfatizó: «Es una batalla territorial que no queremos perder, porque si bien hay trapitos que conocemos hace tiempo, vienen apareciendo otros más agresivos y extorsivos que, permanentemente, generan situaciones de conflicto. Esto es algo que les juega en contra a los comercios de la zona».
Bacigalupo contó que la asociación también promueve para los cuidacoches una propuesta fogoneada en su momento por las autoridades y algunos concejales, que apunta a la identificación y regulación de los que cumplen la tarea en la calle.
Asimismo, los comerciantes pidieron más acciones contra la inseguridad. Y pusieron sobre la mesas varios casos resonantes registrados en Pichincha en los últimos meses: el asesinato del comisario Guillermo Morgans, el ataque de motochorros a la concejala radical María Eugenia Schmuck y el reciente robo a los presentes en una casa velatoria.
«Proponemos más controles de tránsito, en especial de las motos, para sumarlos a lo que se viene realizando con los equipos de videoseguridad y los patrullajes de la GUM. Además, nos comprometimos a entregar a las autoridades en un próximo encuentro cuadrículas con las zonas más calientes o inseguras de Pichincha», detalló Bacigalupo.
La respuesta del municipio, en tanto, consistió en la promesa de profundizar las actuaciones con los cuidacoches. De hecho, esa tarea comenzó el fin de semana pasado y consistió en cacheos, identificación y averiguación de antecedentes de los trabajadores informales, tiendo en cuenta el accionar violento de algunos de ellos, según las denuncias previas de los comerciantes. También se constató, junto a agentes policiales, que no cobraran una tarifa fija.
Esa metodología de fiscalización continuará en los próximos días, en horarios diurno y nocturno.
Lo propio ocurrirá con los patrullajes de la GUM por el barrio (dos móviles), que serán reforzados con un contacto personalizado de los agentes con el fin de recabar información e inquietudes en boca de los comerciantes.
Por último, las partes acordaron la realización de reuniones periódicas para continuar evaluando la situación en Pichincha.