Mural del Barrio Pichincha

Bellísimo Mural retratando la historia del barrio
Mural de Pichincha

En el año 2000, el Grupo 6, un grupo de estudiantes de 4to año de Bellas Artes de la UNR, pintó en la esquina de Güemes y Avenida Francia, un hermoso mural de unos 25 metros de largo, ilustrando la historia del barrio en cuanto pasado prostibulario. Durante un tiempo, adornó la mencionada esquina provocando la admiración de todos los que pasaban por allí. Sin embargo, la apertura de un local comercial nocturno acabó con el mural, que solo se conserva en una pequeña parte. Aquí, un poco mas de la historia del mural. 

La idea

Bajo la premisa «Pichincha, un barrio con historia, un mural para recordarlo» fue que el Grupo 6 decidió ponerse manos a la obra. Querían preservar la cultura y la historia de la ciudad. No era tarea fácil, tenían que indagar la historia del barrio en su época de esplendor. Los vecinos facilitaron la tarea aportando sus recuerdos, datos, anécdotas transformándose de alguna forma en partícipes necesarios de la misma.

En una entrevista al Diario La Capital del 06 de diciembre de 2000, Celeste Díaz, una de las integrantes del Grupo 6, cuenta que de a poco se iba acercando gente, primero preguntando que iban a hacer, y luego a ponerlos a prueba. ¿Por qué no ponés esta moneda? le decían, mostrándole una fichita del Pettit Trianon. Otros, traían fotos de algún prostíbulo, aportaban nombres, ubicación. Se lo notaba muy entusiasmado al barrio.

El Grupo 6

El Grupo 6, estaba integrado por estudiantes de la carrera de Bellas Artes de 4to año de la UNR. A Candelaria Bessone, Celeste Díaz, María Angélica Longo, Sonia Stuto, José Luis Ulloque y Alejandra Zenón les tomó 2 años concluir el proyecto. Según cuenta Longo, se dividió en 2 etapas, la primera de investigación histórica, y realización del proyecto escrito. Luego, el plasmado que empezó en aproximadamente en el mes de agosto del año 2000 y fue inaugurado el 06 de diciembre del mismo año.

En la inauguración, elaboraron un folleto que recrea con documentación histórica, cada una de las anécdotas y personajes retratados, enuncia el Diario La Capital. El mismo día, los vecinos participaron con una exposición de fotos y dibujos del barrio.

El mural

La obra, tenía unos 25 metros de largo, y estaba emplazado en la ochava de Francia y Güemes en la pared principal de lo que en esa época era la papelera de Ricardo Lingua que cedió el espacio. Era una pintura muy colorida, que «contrasta con el gris de los inmuebles cercanos y con el ocre de los vagones y máquinas herrumbradas que descansan en terrenos ferroviarios en desuso»

Mostraba el frente de un prostíbulo, junto a un grupo de personas a punto de disfrutar los placeres de la mala vida que ofrecía el barrio en los años 30. El Pettit Trianon también tiene su lugar, con la clásica fichita que entregaba la madama al cliente, y este a su vez la depositaba en una «lata» cuando accedía a la habitación de la pupila, que finalmente canjeaba por dinero al final del día. Podíamos ver el frente del Gianduia (más conocido como La Carmelita) rodeado de hermosas mujeres. El tango, la frase discretion et securité (slogan del Pettir Trianon), el ferrocarril, y hasta Raquel Liberman, la polaquita que se atrevió a la Zwi Migdal y originó el principio del fin.

Mural del Barrio Pichincha, por el Grupo 6
Mural del Barrio Pichincha, por el Grupo 6

El mural hoy

Lamentablemente este texto tiene que redactarse en tiempo pasado. Las vueltas de la vida, y los negocios hicieron que este mural ya no existe. En efecto, el propietario del inmueble vendió el mismo a un grupo empresario. En ese local se instaló (y aun subsiste) un boliche bailable muy importante llamado Willie Dixon de corte rockero. Y un mural del pasado de Pichincha no es compatible con la estética de este tipo de locales.

Los nuevos propietarios se comprometieron a mantener una parte del mural (como si fuera un bien divisible que al hacerlo, no pierde valor) pero el resto sería pintado de negro y decorado como confitería bailable. Y así lo hicieron. Solo se conserva una pequeña fracción del mural original en una de sus paredes. Y esa pared ahora tiene un odioso agujero que hace las veces de boletería. Un despropósito.

Campaña de recuperación

Actualmente, a través de un mail y de comentarios publicados en otro sitio, me entero de la existencia de una campaña de recuperación y restauración del mural. Hay gente que aun sigue indignada, que lo extraña y que quiere de alguna forma recuperarlo. Ya sea por un sentimiento de pertenencia que nos fue arrebatado, o por afán de patrimonio arquitectónico, artístico y cultural, tanto antiguo como actual, como expresiones de nuestra identidad cultural.

Desde este lugar, les ofrecemos un espacio para proponer ideas, que en la medida de lo posible ayudaré para darle circulación y publicidad. Esperemos poder recuperarlo pronto, y no depender de fotos para recordarlo.

Vía | Diario La Capital – Miércoles 06 de diciembre de 2000
Vía | Rosario Alternativo: Murales de Pichincha

5 Comentarios

  • Hola! Me alegro mucho descubrir que se han interesado por la campaña para la recuperación del mural.
    Les cuento que es un Proyecto real y que actualmente es posible.
    Me gustaria poder comunicarme con quien escribió el artículo.
    Desde ya, les agradezco la posibilidad de seguir expresándonos en este espacio.
    Y manos a la obra!
    Abrazos.
    Cora Longo.

  • Es una pena que todo nuestro arduo trabajo se haya perdido por negligencia de algunos empresarios.

    Soy Sonia Stuto una de las autoras del mural.
    Si quieren ver mas mis trabajos, los invito a visitar el Blog de Mi Taller de Arte «La Escalera».
    http://www.taller-laescalera.com.ar
    Saludos.

  • ME ALEGRA LA CAMPAÑA DE RECUPERACION. FUE UNA EXCELENTE EXPERIENCIA. NOS DIVERTIMOS MUCHO Y TOMAMOS MUCHO SOL PINTANDO JA JA. SERIA BUENO VOLVER A ENCONTRARNOS, LAS QUIEROOOO

  • Hace un poco más de dos años, presente un libro (homenaje a mi barrio) en la vieja estación Rosario Norte (Sunchales en mi época), titulado Postales de Pichincha. Es también, un recuerdo para un personaje emblemático del barrio, el famoso Rubio Ibáñez. Ahí se cuentan historias verídicas de lo que fue ese ámbito tan particular de Rosario. Atte Héctor Hugo Cardozo.

    • Héctor; tenemos un ejemplar de ese libro. Puedo imaginarme las escenas del negro y su banda cuando el «tieso» se les queda «tieso» en medio de la calle. O me imagino colándome en el tren para seguir a Central de visitante. Es mas, si me asomo a la venta, puedo ver al rubio encarando para el bar de doña Kika. ¡¡Me cuesta creer que en Parque Norte jugó un Campeón Intercontinental!!

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