Rosario Historias de Aquí a la Vuelta

Rosario Historias de Aquí a la Vuelta

Fascículo 8 – El Imperio de Pichincha

  • Autor: Rafael Oscar Ielpi
  • Género: Historia
  • Editorial: Ediciones de Aquí a la Vuelta
  • Edición: 24 Fascículos coleccionables
  • Número de páginas: 28 páginas
  • Año: 1990
  • ISBN: S/N

La colección

Historias de Aquí a la Vuelta se trata una serie de fascículos coleccionables editados por Ediciones de Aquí la Vuelta bajo la dirección de Enrique -Quique- Llopis. Nació en Rosario en 1988 con el objetivo de promover una línea editorial que aporte una mirada antropológica y sociológica de nuestros valores culturales en conexión con otras áreas del conocimiento.

Para la colección Rosario. Historias de Aquí a la Vuelta primeramente fue convocado Rubén Naranjo. Según cuenta Llopis, si él no hubiera aceptado acompañar el proyecto desde sus inicios, y dándole forma a los títulos que al tiempo fueron editándose, seguramente hoy, esta colección no sería lo que es.

La colección consta de 24 fascículos de diversos autores y variadas temáticas relacionadas con la ciudad, sus personajes, personalidades, lugares, entidades y hechos. Entre ellas, la historia del Monumento a la Bandera, de Lisandro de la Torre, del tranvía, de las colectividades italianas, españolas y judías, entre otras.

Sinopsis

El fascículo 8, titulado el Imperio de Pichincha Narra la historia del barrio prostibulario más famoso de Rosario, desde sus orígenes en el siglo XIX hasta su auge y decadencia en el siglo XX. Comienza describiendo cómo la inmigración y el crecimiento del puerto impulsaron la expansión urbana y la aparición de casas de tolerancia, con reglamentaciones municipales que intentaban, sin demasiado éxito, controlar la prostitución. A medida que Rosario crecía, también lo hacía la actividad prostibularia, que encontró en la zona de Pichincha su epicentro, con burdeles célebres, madamas influyentes y organizaciones delictivas como la Zwi Migdal, que manejaban el negocio del tráfico de mujeres y la explotación sexual con alcance internacional.

El texto también retrata la vida social y cultural del barrio, con sus cafés, cabarets, fondas y teatros, donde confluyen personajes de toda clase: marineros, rufianes, políticos, artistas y curiosos visitantes. Pichincha no solo fue un espacio de prostitución, sino también un ámbito de bohemia, música y leyendas urbanas, inmortalizadas en la memoria colectiva rosarina. La decadencia del barrio llegaría con nuevas leyes, el avance urbano y el cambio de costumbres, pero su fama y sus historias marcaron profundamente la identidad histórica y cultural de Rosario.

Sobre el autor

Rafael Ielpi nació en Esquel (Chubut) y vivió en Rosario desde su 10 años. Ejerció el periodismo como redactor y colaborador de diarios y revistas de la ciudad (Hoy, Crítica, Democracia, Boom, Etcétera). Ha publicado libros de poemas: El vicio absoluto (1964), Para bailar esta ranchera (1979), El vals de Hermelinda (1981), Viajeros y desterrados (1988) y Días de visitas (1988), uno de relatos: No juegues con gitanas (1989) y tres de investigación histórica: Prostitución y Rufianismo (1974), con Héctor Nicolás Zinni, que ha alcanzado su quinta edición; Rosario. Vida Cotidiana (2000) y Rosario, del 900 a la década infame, cuatro tomos aparecidos entre 2005 y 2006.

En 1972, con música de José Luis Bollea estrenó la crónica cantada La Forestal, considerada como uno de los aportes mas importantes a la música argentina testimonial de raíz folklórica, y reunió su producción como letrista de canciones en Cancionero (2003). Con Carlos A. Vila Ortiz publicó Imágenes de la memoria (1996) y Philip & Raymond (1998). Fue titular del área de Cultura de la Municipalidad de Rosario en la recuperación de la democracia (1983-1989) y concejal de la ciudad en tres oportunidades (1991-1995, 1997-1999 y 1999-2003) presidiendo el Consejo Municipal ese último año. Desde 2003 hasta 2023 fue director del Centro Cultural Bernardino Rivadavia de Rosario (actualmente Cultural Fontanarrosa). En 1989 obtuvo el Premio Marcelo Weil por su aporte a la cultura de Rosario y en 2009 fue declarado Ciudadano Ilustre de Rosario, en reconocimiento de la ciudad por el invalorable aporte que ha realizado como ciudadano, como artista, como periodista y como hombre público. Falleció en el año 2024.

Relación con el barrio

Reconstruye, la historia del distrito prostibulario más famoso de la ciudad y uno de los más notorios del país. A través de crónicas, datos estadísticos, fotografías y anécdotas, el texto describe cómo la zona pasó de ser un sector periférico con rancheríos y conventillos a convertirse, entre fines del siglo XIX y las primeras décadas del XX, en el epicentro del comercio sexual, la bohemia y la vida nocturna rosarina.

Menciona lugares emblemáticos como el Madame Safo —el prostíbulo más lujoso y célebre—, el Petit Trianón, el Chantecler, La parrilla Carmelita / El Gianduia, y numerosos cafés, fondas y cabarets que animaban las noches del barrio. Se mencionan a personajes históricos, como las madamas francesas y polacas, rufianes ligados a la Zwi Migdal, políticos, artistas que frecuentaron el barrio como Carlos Gardel y Atahualpa Yupanqui, e incluso figuras internacionales como Aristóteles Onassis, quien habría visitado la zona en su juventud.

Su aporte a la historia local es fundamental porque rescata un pasado complejo y a veces silenciado de Rosario, mostrando cómo en Pichincha se cruzaban la marginalidad, el entretenimiento, la economía, la inmigración y la transformación urbana, dejando una huella que todavía forma parte de la identidad cultural de la ciudad.

Aspectos destacados de la obra

Lo más valioso del fascículo es cómo mezcla datos históricos con anécdotas y testimonios que le dan vida al pasado del barrio. No se limita a enumerar prostíbulos o reglamentaciones, sino que describe escenas cotidianas (ej: los marineros recién llegados del puerto, las luces de neón, las pianolas sonando hasta la madrugada, el olor a permanganato y cigarrillo de los burdeles, el olor a grasa de las parrillas) que permiten imaginar la atmósfera de Pichincha en su esplendor. Además, rescata documentos oficiales, censos y ordenanzas, mostrando cómo la ciudad intentó, sin mucho éxito, controlar ese mundo marginal.

Entre los recuerdos más memorables están las leyendas del Madame Safo como lugar de encuentro para políticos y celebridades, y la “Comuna Roja” de 1921, cuando estudiantes y obreros tomaron el palacio municipal. También sorprenden los datos sobre la Zwi Migdal, la red internacional de trata que manejaba el negocio, o sobre los remates de mujeres en Buenos Aires, mostrando la dimensión global del fenómeno.

El texto dialoga con otras fuentes barriales y locales, como crónicas periodísticas de La Capital, libros como “El Rosario de Satanás” o Prostitución y Rufianismo y memorias orales de vecinos y escritores. Esa combinación de historia oficial, periodismo y relatos populares le da una riqueza especial, porque conecta la gran historia con la memoria afectiva del barrio y de la ciudad.

Crítica

Como todo texto de Rafael Ielpi, lo que más atrae es cómo el fascículo mezcla rigor histórico con un estilo narrativo ágil y colorido. Usa datos de censos, ordenanzas y archivos municipales, pero también suma anécdotas, fotos y testimonios que pintan con detalle la vida del barrio. Esto lo hace mucho más que un simple texto académico: logra transmitir la atmósfera y la personalidad de Pichincha en su época dorada.

Lo menos logrado quizás sea cierta abundancia de datos y nombres que pueden abrumar a quien no tenga un interés previo en la historia local. También se explaya demasiado en anécdotas o situaciones no relacionadas directamente con el barrio, pero contribuye a otorgar cierto contexto histórico. Aun así, esa sobrecarga también es parte del encanto para lectores curiosos, porque revela hasta los rincones menos conocidos del y la ciudad.

Se recomienda su lectura a quienes disfruten de la historia urbana, la cultura popular y las transformaciones sociales de Rosario. Es riguroso y entretenido a la vez, ideal tanto para investigadores como para vecinos, docentes o viajeros interesados en descubrir la otra cara de la ciudad. Quizás este fascículo fue la inspiración para la publicación del libro de investigación titulado -también- El Imperio de Pichincha, editado por Homo Sapiens en el año 2009 y considerado como continuación de la obra Prostitución y Rufianismo.

Breve fragmento

Los terrenos donde después se levantaría el barrio de Pichincha habían sido limpiados por las cuadrillas eficientes del intendente Lamas y sólo quedarían en pie dos o tres rancheríos que también terminarían por extinguirse, en los años del 10 al 20 ante el avance de la construcción de viviendas destinadas a prostíbulos y a negocios de todo tipo en la zona. (…)

Aquel perímetro comprendido entre La Plata (que pasaría a ser Ovidio Lagos después de 1915) y Avenida Francia (hasta 1904 Boulevard Timbúes) y Salta y Güemes, había quedado listo para que se convirtiera en terreno apto de su nuevo destino: enclave de la zona “prohibida” de la ciudad. (…)

El municipio, por su lado, contribuyó con algo que fue también una atracción: luminarias flamantes que otorgan al predio donde se instalan los burdeles un aire de fiesta nocturna permanente, casi de verdadera feria pueblerina.

Los prostíbulos, al contrario de los de la cuarta, que en muchos casos carecían de denominación que los identificara, contaban aquí con sus carteles respectivos o tenían un nombre que en muchos casos los haría perdurables en el tiempo. Así, en calle Suipacha, en la cuadra que corre entre Salta y Jujuy, se sucedían tres: el Marconi, el Royal y El Gato Negro, que entonces se llamaba Torino y cuyo posterior cartel, que mostraba a un gato oscuro en posición de salto, fuera pintado por un hombre muy joven que luego sería el pintor José Pereiro, ganador del primer Premio de Pintura en el Salón Rosario de Artistas Plásticos, en la década del 80, muy lejos de aquellos años…

En esa conjunción de perfumes, luces, olor a permanganato, tufos de comida y ruidos diversos, todos encontraban alguna manera de satisfacer su ansiedad sexual.

— Dados, timas… y algo más (página 12).

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