La Polaquita
- Autora: Patricia Suárez
- Género: Novela Juvenil
- Editorial: Homo Sapiens
- Edición: Rústica – 21×15 cm. – Tomo único
- Número de páginas: 160 páginas
- Año: 2023
- ISBN: 978-987-771-189-9
Sinopsis
Leyla, una joven de 18 años, atraviesa una crisis personal tras abandonar la universidad y mantener una fuerte discusión con su madre. Como consecuencia, es enviada a vivir con su abuelo Pável, quien necesita asistencia permanente. En paralelo, casi por casualidad, Leyla comienza clases de teatro, donde conoce a un joven cubano con quien inicia un romance.
Explorando las pertenencias de su abuelo, encuentra una vieja fotografía que la conecta con su bisabuela Anka, raptada en su Odesa natal y reducida a la esclavitud sexual en el barrio rosarino de Pichincha a principios del siglo XX.
A medida que reconstruye la historia de Anka, su vida en el prostíbulo, el amor prohibido con un cliente y su intento de fuga; la protagonista acompañada por su “amigovio”, se embarca en una investigación para rescatar su memoria y descubrir el lugar donde fue enterrada.
Sobre la autora
Nació en Rosario en 1969. Es dramaturga y narradora.
Es autora de numerosas obras de teatro y varios libros de ficción. Su trilogía «Las Polacas» fue emitida en 2022 por la TV Pública en formato de serie.
En 1997 recibió el Premio Monte Ávila por su libro para niños Historia de Pollito Belleza, reeditado en 2016. Ha publicado Habla el Lobo y Habla la Madrastra [2004 y 2009], El rey Anatol (2006), Boris Orbis y la vieja de la calle 24 (2011), El príncipe Durazno (2012), La verdad sobre Pinocho (2013), Anita Belén se convierte en actriz (2014), El regalo de Samanta (2015), Guiso de brujas (2016) y Cien cuentos (2017), El hombre que viajó a la Luna (2020). En la antología Las islas (2013) se incluye un cuento suyo sobre La guerra de Malvinas. En 2022 publicó ¿Que hacemos con el patito de goma?, El zorro zorro andaba, un libro de obras de títeres y Terror en todo el mundo. Leyendas urbanas y del campo, entre otros.
Relación con el barrio
La novela está inspirada en la oscura historia de la trata de personas que marcó los primeros años del siglo pasado. Aunque es un relato de ficción, cuenta la historia de Anka Kowalski, una joven raptada en Ucrania y traída a Rosario con la promesa de un matrimonio próspero. Pero apenas pisa suelo argentino, todo se desmorona: la fachada se cae y queda al descubierto lo más brutal del sistema. Anka es tasada y subastada como mercancía para trabajar en un prostíbulo del barrio Pichincha. Le asignan un cuarto, un nombre “artístico” y le arrebatan lo poco que le queda de dignidad. Historias como la suya hubo cientos en ese barrio por aquellos años.
La novela incluye referencias históricas, como la Rusia de principios del siglo pasado y la existencia —casi desconocida— de un cementerio para judíos considerados “impuros” en las afueras de Rosario. Aporta además una mirada necesaria sobre la importancia de rescatar la memoria de las mujeres que fueron esclavizadas por redes de trata.
La autora, Patricia Suárez, reconoce que el libro se apoya en trabajos de investigación de Rafael Ielpi y Héctor Nicolás Zinni, haciendo referencia a «Prostitución y Rufianismo» . De hecho, en una parte de la historia, los protagonistas se entrevistan con Zinni, quien los guía hacia el cementerio ubicado en Granadero Baigorria.
Aspectos destacados de la obra
Es una historia que se lee fácil y está muy bien contada, pensada especialmente para un público adolescente o juvenil. Quizás lleguen atraídos por el romance o los conflictos familiares de la protagonista, pero se van a encontrar también con una reconstrucción muy potente del mundo prostibulario del Pichincha de principios del siglo XX.
Desde la ficción, la novela muestra cómo era la vida puertas adentro de los burdeles: los vínculos marcados por los celos, la competencia, la tristeza; y la brutalidad con la que trataban a las mujeres los cafishos, los dueños de los prostíbulos y quienes debían “controlarlas”. También pone en evidencia la hipocresía y doble moral de la época, donde el ejercicio de la prostitución —aunque reglamentada— se repudiaba públicamente mientras que los principales clientes eran justamente políticos, empresarios y señores “respetables” de la ciudad.
Además, el libro recupera la figura de Raquel Liberman, la “polaca” (que en realidad era ucraniana) que se animó a denunciar a la red de trata Zwi Migdal. Gracias a su valentía, se expuso la complicidad de muchos funcionarios, y su historia la convirtió en un símbolo de lucha contra la explotación sexual.
Crítica
La Polaquita logra articular una historia conmovedora y de fácil lectura, apuntando a un público juvenil. En paralelo, rescata una página dolorosa y silenciada de la historia rosarina. A través de la mirada de Leyla —una joven en conflicto con su entorno familiar— se entretejen temas de la actualidad y conflictos típicos de la juventud: el primer amor, el despertar personal y el vínculo intergeneracional. La protagonista bucea sobre el pasado: la trágica vida de su bisabuela Anka, víctima de trata por la organización Zwi Migdal.
El lenguaje claro y directo se combina con referencias históricas y le da al relato fuerza emocional y relevancia educativa e histórica.
Breve fragmento
Nada mas arribar al puerto de Rosario, Salomón llevó a su joven prometida a la que sería la casa de ambos. O eso era lo que creía ella; él le había descripto largo y tendido cómo era el barrio de Pichincha en el que vivirían, cómo era la casa, la cocinera judía, Revekka, que también hacía de ama de llaves, y le dijo que seguro se tomaría mucho afecto. Ya Anka podría ir pensando en llamarla por su diminutivo, Becca… Un coche los llevó desde el puerto hasta una casita con una puerta verde, estrecha, encima de la cual había el dibujo de un gato de retorcida cola y un farolito azul para alumbrar la vereda. Salomón tocó la alabada que tenia forma de racimo de uvas. Abrió la puerta una mujer de unos treinta y pico de años, muy pintarrajeada y en un deshabillé. Miró a Anka con una mezcla de odio y de lástima, y Salomón le ordenó:
-Hacela entrar y que pase al fondo.
A Anka le dijo al oído:
Querida, acá se termina toda la farsa. Ella vendría a ser la cocinera de la que te hablé, Becca; solo que no es la cocinera sino la dueña de este hermoso liceo de señoritas: No tengas miedo, Anka, tu saldrás adelante de aquí. Tienes pasta, tienes condiciones. Que bello es el amor y la vida es una preciosura, hasta que deja de serlo, y nuestro viaje fue un viaje de novios perfecto. (···)
¿Puedes esperar un momento más, Becca? Estoy despidiéndome de Ana. No quiero dejarle una mala impresión; hemos sido unos novios modelos. Adiós, Ana, que te diviertas en el burdel -saludó y extendió la mano de Anaka; ella no la tomó y se quedó temblando, segura de que se trataba de un chiste de mal gusto o de una pesadilla. La mujer, Becca, la metió de sopetón adentro.
Adiós, Salomón -gritó la mujer mientras empujaba a Anka al fondo del burdel-, ¿qué toca ahora?
Ucrania, me espera allá una novia -contestó él mientras recibiía el portazo de la Madama en la puerta.
— Segunda parte – Capítulo «Qué bello es el amor» (páginas 75 y 76).
