El Madame Safó
- Autoras: Fernanda «Buchi» Baravalle / Camila Baravalle
- Género: Novela Histórica
- Editorial: Editorial Dunken
- Edición: Rústica – 23×16 cm – Tomo único
- Número de páginas: 232 páginas.
- Año: 2023
- ISBN: 978-987-85-2954-7
Sinopsis
La historia se sitúa en la década de 1930, una época en la que Rosario era conocida como «La Chicago Argentina» debido a su próspera actividad portuaria y a su vida paralela al margen de la ley. Sin embargo, junto con el florecimiento económico, surgió contemporáneamente un negocio que prosperaba gracias a la connivencia de políticos, jueces y agentes de policía: la trata de blancas y la prostitución, ambos controlados por una poderosa mafia conocida como «La Zwi Migdal». Adolescentes y jóvenes europeas, especialmente polacas y rusas, eran engañadas y llevadas a Rosario bajo falsas promesas de matrimonio y trabajo que les permitían enviar dinero a sus familias que se encontraban en una situación de vulnerabilidad debido a la economía de posguerra. En la zona roja de la ciudad, en Pichincha, se encontraba «El Madame Safó», el burdel más célebre y lujoso de la ciudad. Políticos, hombres adinerados e influyentes eran sus habitués.
La novela se centra en María, una joven inmigrante italiana, maestra escolar que, por circunstancias de violencia familiar, es vendida al burdel por su marido, un malevo de poca monta. Allí, durante un año, María se sumerge en el mundo oscuro de la prostitución y conoce cada uno de los recovecos de ese siniestro laberinto emocional. El Madame Safó es una historia atrapante, de traición, prostitución y mafia, reveladora del mundo tenebroso de la trata de mujeres, la pérdida de libertad, la dignidad y la reducción de lo humano a lo mercantil.
La corrupción que ondula en las páginas de El Madame Safó es, tristemente, una cuestión que no solo es parte de la historia sino que aún con otras máscaras sigue vigente.
Sobre las autoras
Buchi (Fernanda) y Camila Baravalle, son dos hermanas argentinas, nacidas en la ciudad de Rosario en 1971 y 1974, respectivamente. Ambas estudiaron “Guion de cine” en Los Ángeles, siendo «El Madame Safó»su primer guion cinematográfico. Después de culminar exitosamente siete guiones completos, Buchi y Camila recibieron el valioso consejo de buenos amigos, quienes les sugirieron transformar sus obras en novelas, siguiendo así el camino inverso. Con esta visión en mente, ambas emprendieron el desafío de adaptar sus guiones al formato literario. El estilo de escritura de las hermanas Baravalle se distingue por su estructura sólida, capturando la esencia visual que caracteriza al cine. Sus palabras se convierten en imágenes nítidas y precisas, logrando cautivar al lector y sumergirlo por completo en una narrativa dinámica y fluida. Cada página de sus novelas se convierte en una vivencia, permitiendo que el lector se sienta parte integral de la historia. Con esta combinación única de formación en guion de cine y su habilidad para plasmar imágenes en la escritura, Buchi y Camila Baravalle han logrado crear obras literarias que despiertan la imaginación y atrapan al lector en una experiencia cinematográfica sin igual.
Ambas residen actualmente en Punta del Este, Uruguay.
Relación con el barrio
La novela, por momentos romántica, por momento policíaco-dramática, desnuda las miserias vividas por las prostitutas en el apogeo prostibulario del barrio. A través de sus personajes, vivimos en carne propia, a través de un relato de ficción, pero que bien pudo haber sido real, las peripecias que una prostituta italiana tuvo que sufrir para sobrevivir a la Zwi Migdal, la organización de tratantes mas nefasta que se desplegó en esa época.
En la verdadera Pichincha hubo decenas de Marías —protagonista de esta historia—, vendidas por su marido para pagar deudas del juego clandestino, bajo el pretexto de un amorío prohibido. Porque las fiestas en los burdeles de la que participaban políticos de alto rango, jueces y funcionarios policiales existieron. Porque los castigos inhumanos a quienes osaban escaparse de las fauces de las desgracia de la vida prostibularia estaban a la orden del día.
Recopila —también— la geografía de la prostitución; señalando el rol del prostíbulo y sus lujos, la sinagoga, la sede de la Zwi Migdal, el cementerio hebraico, el juzgado federal, etc.
Aspectos destacados de la obra
El texto ayuda a comprender las penurias de la vida de una esclava sexual y como los breves espacios de esparcimiento; como las salidas para los corsos de Carnaval se constituyen en una isla emocional sin demasiada más pretensión. Ayuda a entender cómo la madama o el mucamo del burdel, ademas de victimarios, pueden transformarse o sentirse como fieles confidentes. Contribuye a pensar el rol asumido por la dirigencia política que, por acción u omisión (haciendo la vista gorda), fue cómplice de la situación.
El relato también permite vislumbrar la rutina marcada por la explotación y la resignación, pero matizada por pequeños gestos de humanidad que surgen entre las propias víctimas y sus entornos inmediatos. Los bailes, los banquetes, o las confidencias compartidas en las habitaciones del burdel revelan una red de vínculos afectivos que, aunque atravesada por la violencia, daba algo de sentido a la existencia cotidiana. La narración pone en evidencia cómo la sociedad en su conjunto —no solo los clientes, sino también las autoridades, vecinos e instituciones— sostenía con su silencio y su hipocresía un sistema profundamente injusto.
Crítica
La novela logra conjugar con sensibilidad el retrato de una época marcada por la corrupción y el olvido institucional, con la historia íntima de una mujer que resiste dentro de una maquinaria brutal. El contrapunto entre la vida próspera de Rosario y el horror silenciado de sus burdeles genera una tensión poderosa que mantiene al lector en vilo; en ese sentido, el uso de escenas visuales fuertes y monólogos interiores logra transformar la intimidad de María en una denuncia contundente.
En definitiva, El Madame Safó es una obra potente, atrapante y visualmente rica, que logra iluminar un capítulo oscuro de la historia local y ofrecerlo al lector con honestidad emocional. Quizás su mayor mérito sea despertar conciencia sobre una realidad invisibilizada y su principal defecto sea alguna que otra escena heroica y algo exagerada, con tiroteos dignos de una película de ciencia ficción.
Breve fragmento
El elegante y lujoso salón estilo francés servía de escenario para las reuniones y fiestas de los poderosos clientes y las chicas del Safó. El salón contaba con livings privados, mesas de juego, un gran piano de cola, una mesa con comida… una especie de buffet libre donde se podía degustar caviar, langostinos, diferentes tipos de queso, frutas y postres en porciones pequeñas. Quince habitaciones rodeaban el salón. Detrás había una pequeña calesita blanca y dorada en la que giraban las chicas exhibiendo sus encantos. Era el mejor burdel del mundo. El olor a tabaco impregnaba el aire denso por el humo. Era un mundo de lujo, de confort, pero también de lo oscuro, lo prohibido y lo decadente. Los cafishos criollos tenían prostíbulos baratos, de mala muerte. Eran unos cuartuchos deprimentes, con olor a sudor y perfume barato, donde las mujeres que allí trabajaban distaban mucho de la fineza de las chicas del Safó y cuyos clientes solían ser rufianes, marineros y obreros del puerto. Al Safó no entraba cualquiera. Un portero vestido de traje miraba a través de la mirilla y si no estaban bien vestidos, o no tenían clase, no los dejaban pasar.
María entró al salón, sin mirar nada ni a nadie, y en ese instante su figura parecía rodeada de un aura especial. Todos los ojos se posaron sobre ella, los hombres se codearon y murmuraron entre ellos. Era la chica nueva, que venía de Italia, una rubia exquisita, como decía Jacobo Godek. Sin saber qué hacer, María tomó asiento al lado de Norberto, el joven pianista, su mirada benévola le inspiraba confianza. Era alto, esbelto y tenía porte. Mas tarde, el comentó que había llegado de Mendoza y que estaba estudiando medicina. Norberto comenzó a tocar una canción, María la tarareaba con él. Giovanni quedó deslumbrado ante su belleza. María tenía su cuerpo magro, estilizado. Su rostro tenía facciones armónicas y sus labios tenían un rojo frutal capaz de enloquecer a cualquier hombre. La había visto golpeada, vestida humildemente y ahora tenía enfrente una mujer sofisticada.
– Capítulo 8: El debut (páginas 65 y 66).
